Efectivamente, el 13 de abril de 2002 las fuerzas del chavismo se levantaron de nuevo y a una sola voz cantó los gritos de la libertad por todas partes. El imperio insolente y los traidores internos que lanzaban las amenazas para atemorizarnos y hacer que se doblegara el espíritu del alma, pero desde las entrañas, desde las fibras del ser nacional surgió la energía para derrotar el Golpe de Estado y rechazar los planes terroristas del gobierno norteamericano que hoy a 17 años pretenden invadir las tierras sagradas de la patria.
Hoy nuestro pueblo de Bolívar y de Chávez bebe en las aguas de la revolución y la independencia, en el coraje y el legado de estos dos gigantes que nos dejaron la patria libre y soberana, donde siempre debe brillar el estandarte de los sueños y la emancipación. Por ello ya no hay tiempo para las indefiniciones ni para las dudas, sino que llegó la hora de prepararnos y organizarnos para defender lo más sagrado que tenemos: la patria.
Este compromiso nos une en el pensamiento de Hugo Chávez, que recorre todas las perspectivas de construcción y refundación de la República. Encendida las llamas de sus primeras palabras, aquel 13 de abril comenzó otra etapa llena de luz y de calor. Las banderas de la política y de la revolución fueron asumidas definitivamente por el pueblo. Se recuperaron los espacios perdidos desde la gesta de independencia y volvimos por los caminos trazados por nuestros libertadores. Como diría mi amigo Rafael Villarroel, el pueblo se dio cuenta que se dio cuenta y despertó del letargo de la nostalgia para salir sin miedo a rescatar la patria y a Hugo Chávez, quien estaba secuestrado por los golpistas. Definitivamenre, todo 11 tiene su 13.
EDUARDO MARAPACUTO