Arlenina Guillon
Desde el 2013, hemos advertido que Voluntad Popular (VP) dejó de ser un partido político, y, paulatinamente, se vino transformando en un grupo terrorista que impulsa una insurrección armada en Venezuela. Su principal figura, Leopoldo López, fue formado por núcleos ultraconservadores en EEUU. El financiamiento de esa célula criminal llega del exterior. Entre el 22 de marzo y el 11 de abril, Freddy Guevara, coordinador nacional de VP, viajó por Nueva York, Washington, Madrid, Panamá y Miami. Paralelamente, Lilian Tintori, vocera internacional del grupo armado, estuvo diez días en un viaje por Norteamérica y Europa. "Viene una nueva etapa de lucha", anunció ayer Guevara. "El régimen no tiene tantas balas, como los hombres y las mujeres que están dispuestos a asumir esa nueva etapa de lucha", agregó. La histeria colectiva, en buena parte de los sectores opositores, está tan elevada, que aceptarán cualquier solución, por muy criminal que sea. Discursivamente, culpan al Gobierno de "bloquear las salidas", pero la realidad es que ellos no han presentado, como lo alertamos ayer, ninguna ruta política o jurídica que sea viable. Poco o nada le importa a VP concretar una vía política. La orden es otra. "Esto ya no es un asunto político", reconoció Guevara. VP presenta dos caras. Por un lado acude a barriadas, promocionando actividades políticas, pero, al mismo tiempo, el ala extremista va insertando células terroristas que cumplen con el verdadero objetivo: La insurrección.
